A muchos nos ha pasado, que ante
la expectativa de la primera cita hemos sentido tantos nervios, hasta el punto de
ser pesimistas. En la mayoría de casos pensamos que todo saldría mal. Sólo
pensamos en desastre y en no gustarle a la otra persona.
Este primer encuentro con esta persona
ideal de vuelve un misterio. Felizmente los trastornos psicológicos afectan a
hombres y mujeres por igual. En ambos casos se busca generar la mayor simpatía
y encanto hacia la otra persona.
Aunque todos hemos pasado por
este traumático suceso, no debemos exagerar. Debemos centrarnos en que este
primer encuentro sea de lo más natural. Enfoquémonos en divertirnos, conocer
más a fondo a nuestro acompañante y vivir momentos inolvidables.
Para lograr que los nervios no
causen tantos estragos, lo mejor es iniciar una preparación previa. Tener en
claro que es lo que nos proponemos al salir con esa persona especial. Y lo más
importante, creer en nosotros mismos. Si no confiamos en nosotros es imposible
que alguien más lo haga. Así que para iniciar debemos tener la autoestima muy
elevada, claro que sin caer en la vanidad.
Como punto de partida debemos ser nosotros mismos. No nos esforcemos inútilmente en aparentar algo que no somos,
si lo hacemos ya tenemos la mitad del terreno perdido. Un ejercicio que nos
ayudará en nuestra cita es visualizarla previamente. Tratar de construir
imágenes positivas del momento crucial, así sabremos controlarnos y tener
salidas en momentos de tensión.
En los días previos al encuentro preparemos una lista con todas nuestras cualidades y puntos fuertes, así recordaremos lo geniales que somos y cómo podremos interesarle a la otra persona. Pero nunca exageremos, la excesiva publicidad puede tener un efecto contraproducente.
Al momento de elegir a una
persona con la cual salir, debemos tener en cuenta qué expectativas tenemos con
ella. Siempre deber ser reales, no esperemos algo que sea imposible.
Recordemos que por más que nos esforcemos
para lograr el éxito en una cita, esto no significa que el rechazo no sea una
opción. De repente en el transcurso de la velada nos podemos dar cuenta que lo
que nació fue una linda amistad, y está bien.
Al finalizar la cita, en privado
hagamos un análisis. Verifiquemos cuáles fueron los pros y los contras y
sabremos si una segunda cita es la opción.
Waoo si es verdad, la primera cita es terrible...sobreviví a ella. Pero me gusta lo que dicen.
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